Hotel 10 habitaciones, 600 m²

Auronzo di Cadore, Belluno (provincia)

Como amante de la montaña y de las tierras auténticas, cada vez que regreso al Cadore me sorprende la belleza sincera de este lugar. Paseando por los alrededores del Lago de Santa Caterina, me encontré con un edificio que captó de inmediato mi atención: un antiguo hotel de gestión familiar, sencillo, genuino, pero con un enorme potencial para convertirse en una joya de la hospitalidad moderna en altura.

El edificio tiene una base sólida, tanto estructural como emocional: 10 habitaciones distribuidas en dos plantas, todas con baño privado, y algunas con balconcito. Ya así, las habitaciones tienen gran valor, pero me imagino fácilmente una renovación que las haga más acogedoras para los viajeros de hoy: materiales naturales, comodidad discreta, detalles artesanales y un diseño que respete la tradición con una mirada contemporánea.

En la planta baja se encuentra el alma del hotel: una sala-bar que hace algunos años era conocida en la zona por su excelente repostería. Aquí veo la posibilidad de crear un punto de encuentro no solo para los huéspedes, sino también para excursionistas, cicloturistas y viajeros de paso: un lugar para desayunar, relajarse después de una caminata o disfrutar de un postre típico en un ambiente cálido y familiar.

Junto a ello, la cocina ofrece espacio suficiente para una propuesta gastronómica cuidada y sencilla, tal vez con una pequeña carta basada en productos locales y de temporada.

El sótano podría transformarse en una zona de bienestar, con sauna y área de relax, mientras que el amplio desván –aún por explorar– podría convertirse en una acogedora buhardilla multifuncional: un espacio para actividades, pequeños eventos o incluso para alojar un par de suites panorámicas.

El Cadore tiene un alma profunda, y estructuras como esta pueden ser el punto de partida de una nueva forma de hospitalidad: respetuosa, arraigada, pero capaz de hablar el lenguaje de los viajeros de hoy. Con una intervención medida pero decidida, este hotel podría renacer como un refugio contemporáneo con el sabor de un verdadero hogar de montaña.